Andorra Telecom

Cuando hablamos de BIM en fase de construcción, a menudo pensamos en modelos as-built, colisiones o certificaciones. Sin embargo, el verdadero valor del BIM surge cuando deja de ser un conjunto de herramientas para convertirse en un espacio real de colaboración capaz de alinear equipos, anticipar problemas y dar continuidad a las decisiones del día a día.

Eso es exactamente lo que hemos vivido en el proyecto NODE, un edificio de alta complejidad técnica —tanto por su sistema estructural mixto madera–metal, como por su integración con una edificación existente y su encaje dentro del tejido urbano— desarrollado íntegramente bajo metodología BIM por todos los agentes: constructora, cliente y dirección facultativa.

Ahora que el proyecto se encuentra en una fase avanzada de ejecución, el BIM ha actuado como un auténtico hilo conductor entre la planificación, la ejecución y la gestión de la información, asegurando continuidad y coherencia técnica en cada decisión.

Dos ejes que marcan la diferencia

El Entorno Común de Datos (ECD) como sistema central

En el proyecto NODE, el ECD se ha consolidado como la fuente donde converge toda la información y desde donde se gestiona la comunicación entre los distintos agentes.
Esta herramienta ha sido clave para coordinar equipos, validar decisiones y mantener la trazabilidad de cada acción a lo largo de la obra.

  • Espacio compartido con visor BIM y canales de comunicación integrados para gestionar planos, actas de obra, propuestas, validaciones e incidencias.
  • Más de 20 profesionales (propiedad, dirección facultativa y constructora) trabajando de forma coordinada en tiempo real, con trazabilidad completa: cualquier cambio o propuesta queda registrada en el gestor de incidencias (actualmente, se han generado 579 incidencias en 23 meses de obra), validada y vinculada al modelo correspondiente (se gestionan más de 15 modelos).
  • Comprensión transversal: el ECD ha facilitado la comunicación entre perfiles técnicos y no técnicos, así como entre operarios y oficina técnica.
  • La visualización del modelo ha hecho más comprensibles las soluciones constructivas, reduciendo incertidumbres y mejorando la toma de decisiones.

En este proyecto, el ECD no ha sido un simple gestor, sino un espacio vivo de decisión, donde conviven las partes ya ejecutadas con las de futura ejecución. Esta dinámica ha permitido anticipar interferencias, comprobar compatibilidades y entender la evolución temporal de la obra.
En la recta final de ejecución, esta forma de trabajo es esencial: la precisión y la coordinación son determinantes para lograr un modelo fiel a la realidad.

Preconstrucción digital: construir antes de construir

El segundo pilar del proyecto NODE ha sido la preconstrucción, es decir, construir la obra virtualmente antes de su ejecución para validar decisiones.
En un edificio con una estructura mixta madera–metal prefabricada, cada conexión, paso de instalaciones y logística de montaje ha requerido coordinación milimétrica.

Gracias a este proceso, ha sido posible:

  • Anticipar y mitigar conflictos entre disciplinas, así como sobrecostes que, en otras circunstancias, habrían surgido a pie de obra.
  • Ajustar la planificación y las certificaciones con una lectura más fiable del camino crítico, alineando la secuencia de montaje y la entrega de elementos prefabricados.
  • Optimizar recursos, repensando detalles y detectando oportunidades de eficiencia espacial y de montaje.

Este enfoque no es fruto de la improvisación: desde la licitación se incorporaron requisitos sólidos que incluían la preconstrucción con objetivos, protocolos y responsabilidades compartidas entre todos los equipos.

Marco de trabajo y rol del BIM Management

Este marco ha permitido, durante la obra, validar digitalmente el proyecto antes de su ejecución para garantizar la viabilidad de las soluciones propuestas, anticipar riesgos y evitar imprevistos, sobrecostes y desviaciones de plazo.

El BIM Management ha velado para que el BIM funcionara como una herramienta real de gestión y no solo como un entregable gráfico, mediante:

  • Un PEB vivo, con protocolos, calendarios y versiones actualizadas.
  • Control de calidad incremental de los modelos (geometría, información).
  • Coordinación y seguimiento de incidencias con trazabilidad vinculada al modelo por parte de todos los agentes.
  • Continuidad de la información e integración con planificación, certificaciones y documentación de obra.

En el caso NODE (8.700 m², 2024–2027), este marco ha dado soporte a Orteu Riba Arquitectes y Andorra Telecom, utilizando los modelos como base para gestionar la obra de forma centralizada y trazable.
La experiencia acumulada en NODE confirma que la digitalización en obra no depende solo del software, sino de la cultura colaborativa que se desarrolla alrededor de él.


El proyecto NODE se encuentra en una fase muy avanzada de ejecución, con modelos vivos que sostienen la toma de decisiones, un ECD que garantiza la trazabilidad y una preconstrucción que ha reducido riesgos e incidencias en obra.
Esta experiencia demuestra que el BIM, aplicado de forma colaborativa, es una estrategia de gestión capaz de conectar personas, datos y procesos en un único relato constructivo, asegurando una entrega fiel, eficiente y con garantías.

En definitiva, el proyecto NODE ejemplifica cómo la combinación de un Entorno Común de Datos y una fase de preconstrucción puede transformar la manera de afrontar la construcción:
de la reacción a la previsión, del conflicto a la colaboración y del plano al modelo vivo.